A
pesar de tener un año de edad, es un niño prodigio con una psique sofisticada
y habla perfecta con un acento ligeramente inglés. A pesar de su intelecto,
se comporta como cualquier niño de su edad: le gusta Los Teletubbies,
cuando Peter juega con él al juego de "Cu, cu, no estoy" se cree que
ha desaparecido de repente, habla con su oso de peluche Rupert como si fuera un
ser vivo, disfruta de las pedorretas que le hace su madre en el estómago y no
tiene idea de cómo sé usa el váter.
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